La humanidad atraviesa por una de las crisis más complejas y peligrosas que se tenga conocimiento. Se trata de una que amenaza, nada más y nada menos, quela sobrevivencia de la especie humana sobre la tierra. Y su origen es solo uno: el actual modo de producción y reproducción social, económica, política y cultural, a saber, el capitalismo en su fase neoliberal.
La repercusión de esa crisis en nuestro continente ha dejado como reguero una corriente de gobiernos opuesta a la tendencia de gobiernos reformistas de los últimos decenios, al tiempo que arrecia la decisión de Estados Unidos de derribar los procesos nacionales opuestos a sus condiciones ideológicas, en Brasil y Argentina sus seguidores más obsecuentes aplican los dogmas del capitalismo extremo traducido en pobreza, recortes de derechos sociales a los trabajadores, campesinos y a sectores más carenciados.
Chile, por su parte, es el laboratorio más adelantado en el cual se probaron y aplicaron las premisas más extremistas de la economía de libre mercado. Como resultado, casi nada de valor está en nuestras manos.
Del cobre, otrora sueldo de Chile, apenas un treinta por ciento se mantiene en manos chilenas. El agua es propiedad de empresas chilenas y extranjeras, caso único en el mundo. La voracidad de las empresas transnacionales han depredado a niveles casi sin retorno las prístinas aguas del mar del sur. Las costas de casi todo el norte son ingenios energéticos que envenenan a la gente. Las grandes ciudades están atochadas y enfermas de la glotonería que no mide efectos. Y extensos y únicos ecosistemas corren el resigo de desaparecer.
Han desaparecido también los derechos sociales. La salud, la vivienda, el trabajo digno, las pensiones decentes, el ambiente sano, el derecho de las minorías, la alimentación saludable y la educación y la cultura han sido transformados en mercancías que se transan como cualquier otra.
El sistema escolar chileno se desarrolla en medio de una crisis integral, derivada precisamente por entender la educación como una mercancía, por lo mismo no se focaliza en el valor del ser humano que aprende y educa, sino en el precio de ese proceso en el mercado.
La movilización social de los últimos años fue capaz de desnudar las fallas de este sistema y generar una cierta conciencia en el país. A partir de entonces, los gobiernos vienen impulsando un conjunto de ajustes que no hacen más que consolidar la educación de mercado. La idea es corregir aquellos flancos que deja el sistema en orden a perfeccionar su modelo.
De ahí que, el Estado evaluador, la estandarización curricular – evaluativa, la escuela eficaz, el docente eficaz, la rendición de cuenta, la privatización encubierta (endo privatización), el modelo de gestión privada (gerencialismo / nuevo managmen público) vienen siendo los principios que impulsa el sistema para reforzar y perfeccionarlos pilares de la educación de mercado.
Esta crisis educativa integral no podrá ser resuelta por quienes invariablemente han insistido en las mismas recetas.
La transformación educativa debe ser obra del pueblo de Chile y en particular de los actores educativos, dentro de los cuales el magisterio tiene una responsabilidad superior por ser quien conoce la realidad concreta e histórica de la escuela y sus educandos.
El magisterio tiene la capacidad intelectual, política, pedagógica, histórica y ética para levantar, desde su propia realidad, la decisión de Reconstruir la Educación Pública mediante un Proyecto Educativo para Un Nuevo Chile, el que necesariamente debe estar asentado en un nuevo modelo de desarrollo, en una nueva manera de pensar nuestro país.
Este es el principal desafío que tenemos las y los docentes, el cual proponemos encararlo desde la Reconstrucción del Movimiento Pedagógico.
Este nuevo Movimiento Pedagógico lo entendemos como una estrategia que simultáneamente legitima, valora y sistematiza el saber docente, es capaz de generar un espacio de articulación con el conjunto de las y los trabajadores de la educación y confluye con la clase trabajadora organizada y los sectores populares, cuyos hijos e hijas con nuestras y nuestros estudiantes, para enfrentar mano a mano, la discusión sobre el para qué educar y luchar por implementar nuestras propuestas.
La decisión de reconstruir la Educación Pública mediante el Movimiento Pedagógico orientado a un Proyecto Educativo para un Nuevo Chile, se transforma así en la estrategia ordenadora de nuestro quehacer.
Entendemos que la estrategia de la Recuperación de la Educación Pública mediante El Proyecto Educativo para un Nuevo Chile, debe ser capaz de encarnar un proyecto educativo contra-hegemónico, democrático, no sexista, intercultural, inclusivo y latinoamericanista, lo que implica proyectar una estrategia político pedagógica en el que las definiciones del quehacer docente reflejen dichos principios y permitan dar sentido al rol que cumplimos como trabajadores de la educación.
Este enorme desafío significa enfrentar con la mayor decisión a los guardianes del actual orden de cosas quienes, en los últimos años, vienen insistiendo en que nuestras demandas –Carrera Docente, Desmunicipalización y agobio- se han abordado.
Con todo, la historia real y concreta es aquella que se escribe sin pausa en cada aula y sala de profesores y profesoras, y que nos recuerda que el agobio, la explotación, la sobre responsabilización, la estandarización, el desprecio por nuestro saber pedagógico, el trabajo sin sentido, el acoso, la violencia y la falta de reconocimiento y precarización de la labor, es parte de nuestro horizonte cotidiano. Es por eso que hoy, el gran nudo a destrabar deben ser las CONDICIONES DE TRABAJO Y ENSEÑANZA del PROFESORADO: TRABAJO DECENTE PARA EL DOCENTE DEL SIGLO XXI.
El reciente paro nacional puso de manifiesto que el ciclo de movilizaciones magisteriales abierto en el 2014 sigue vigente y se mantiene latente el gran poder de la movilización docente.
Al mismo tiempo este movimiento nos demostró por lo menos tres debilidades de las que debemos hacernos cargo: una es la incapacidad de nuestra propia organización de llegar a todos los profesores del país; otra, la necesidad de trabajar más con nuestras propias comunidades educativas para incorporarlas a nuestras luchas y, por último, el contar con un proyecto educativo que incorpore pero que supere nuestras justas reivindicaciones sectoriales, con una propuesta educativa para nuestro país.
Hoy, cuando la fragmentación del profesorado y de las y los trabajadores de la educación campea al amparo de uno de los sistemas más privatizados del mundo, se impone la necesidad impostergable de ampliar nuestro alcance como organización de los docentes y de manera simultánea construir espacios superiores de unidad.
En este convencimiento proponemos avanzar hacia la conformación de un Frente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación que permita el trabajo unitario del Colegio de Profesores, del sector particular subvencionado, de las distintas organizaciones de los que laboran en educación y de quienes se desempeñan en el área educacional de las diversas instancias del Estado.
En resumen, proponemos que el Colegio de Profesores y Profesoras, se oriente en los siguientes años por cuatro grandes ejes:
PROPUESTAS A IMPULSAR DESDE EL COLEGIO DE PROFESORES Y PROFESORAS
Entendiendo que la tarea central está orientada a la Reconstrucción del Movimiento Pedagógico que impulse la Recuperación de la Educación Pública mediante El Proyecto Educativo para un Nuevo Chile, que ponga en el centro la valoración del saber docente, proponemos
El Colegio debe ser una herramienta para impulsar las transformaciones en nuestras condiciones de trabajo, en el sistema escolar y en el país, para lo cual se requiere una organización eficaz, no burocrática, transparente y que fortalezca la labor dirigencial. Uno de los principales desafíos está en fortalecer las capacidades y el despliegue de las y los dirigentes. Al respecto proponemos
línea de articulación entre trabajo docente y el feminismo, a partir de lo cual se construyan plataformas de lucha que expresen las problemáticas y demandas de la mujer docente, tanto en educación como en el gremio-sindicato.
TERCER EJE: REIVINDICATIVO Y DERECHOS LABORALES
Aun cuando la lucha y movilización impulsada desde el Colegio nos ha permitido frenar algunos aspectos de la inestabilidad laboral, resulta del caso admitir que nuestras condiciones de trabajo siguen siendo muy precarias. De ahí que proponemos focalizar nuestra lucha en tres aspectos: i.- condiciones de trabajo y enseñanza, ii.-avanzar en demandas que unan a todo el profesorado del país y, ii. Enfrentar la evaluación docente de mercado a la que entendemos como fuente de agobio e inestabilidad. Nuestras propuestas, bajo el lema “Trabajo decente para las y los docentes”, son las siguientes:
Entendiendo que el Colegio de Profesores/as cumple un rol sindical y que el sindicalismo no puede limitarse a temáticas solo sectoriales, y dado que los problemas que aquejan al profesorado y al resto de la clase trabajadora tiene un origen común, proponemos
Los procesos de emancipación y conquista de la educación como un derecho social, requieren transformaciones que dialogan con experiencias de toda América Latina, de ahí que sea un deber del profesorado impulsar procesos de integración con los pueblos y el magisterio continental. En base a ello proponemos
NUESTROS CANDIDATOS
EDUARDO GONZÁLEZ NAVARRO, Profesor de Historia y Cs. Sociales por la Universidad de Valparaíso; Magíster en Educación por la Universidad de Chile. Dentro del directorio nacional es encargado de los Departamentos de Educación Especial y de Profesores/as Jóvenes.
ROBERTO VILLAGRA, Profesor de Estado en Historia y Geografía. Presidente Regional de la VI región. Jugó un rol activo en el Movimiento Pedagógico de fines de los años 90’.
MÓNICA AEDO, Profesora de estado en Educación General Básica, Postítulo en Historia y Geografía. Licenciada en Psicología y Psicóloga. Profesora de Psicología Universidad de Playa Ancha y Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Actual dirigenta del Comunal Santiago.
DANIELA VÁSQUEZ BUSTAMANTE, Profesora de Educación Física, especialista en Danza Educativa de la UMCE. Tesorera Directorio Regional Metropolitano y actualmente profesora de Danza en la escuela “Leonardo Da Vinci” de Cerro Navia y parte del Servicio Local “Barrancas”.
ANÍBAL NAVARRETE CARRASCO, Profesor de Historia y Cs. Sociales, Magister en Historia de Chile, Usach. Ex-Presidente del Comunal Tomé y actualmente Secretario General del regional del Bio-Bio, donde es encargado del Departamento de Educación y Perfeccionamiento.
BERY DE LA FUENTE GONZALEZ. Profesora de Estado de Historia, Geografia y ed. Cívica de la Universidad de Chile. Ex-Dirigente Comunal Santiago y Regional Metropolitano y ex-presidenta Departamento Nacional de Profesores Jubilados DEPROJ. Fue presidenta Sindicato LEA y Confederación de Sindicatos de colegios particulares y subvencionados de Antofagasta.
JORGE BRIONES VEGA, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Licenciado en Historia con mención en Ciencias Políticas. Magíster en Evaluación Educacional. Presidente del directorio comunal del Colegio de Profesores de Putaendo y actualmente profesor del Liceo “Manuel Marín Fritis” de Putaendo y del Liceo “Juan Francisco González Reyes” de San Felipe.
GRACIEL ÁLVAREZ ROJAS, Profesora de Estado en Educación General Básica, mención en Lenguaje y Comunicación (Universidad de La Serena). Magíster en Gestión y Liderazgo Educativo; Integrante de la Red Maestros de Maestros. Ejerce hace 18 años como profesora rural en la comuna de Coquimbo. Actual Secretaria general del Colegio de Profesores, comunal Coquimbo.
JAIME QUILAQUEO, Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica, Universidad de la Frontera. Profesor de aula del Liceo Pablo Neruda de Temuco desde 1986. Actual presidente del regional Araucanía.