
Corría el verano del 2017, y toda la prensa nacional del país, incluida las redes sociales del Colegio de Profesoras/es anunciaban que se “congelaba” la participación del gremio docente en la CUT. Han pasado 8 años, y en el mismo verano, pero ahora del 2025 y en completo sigilo, el presidente del Colegio de Profesoras/es impulsó el retorno a la Central. ¿De qué nos perdimos las y los profes de base?
No se requiere ser muy avezado en la comprensión de las dinámicas internas del gremio docente para saber que hoy existe un acuerdo de gobernanza entre Mario Aguilar y parte de las fuerzas políticas del Gobierno de Boric, en particular del Partidos Socialista y Comunista. Es este acuerdo, el que ha permitido que Aguilar, quien obtuvo sólo 3 cupos para el directorio nacional, de un total de 9, pueda gobernar el Directorio Nacional y la Asamblea. Así entonces, pasó de ser minoría a construir una “Nueva Mayoría”.
Este acuerdo fue posible, entre otras cosas, canjeando el retorno a la CUT por parte del Colegio de Profesoras/es. Eso ofreció Aguilar para granjearse el apoyo de la otrora oposición. La maniobra, por cierto, debía ser rápida y sin ninguna discusión en las bases docentes. Todo, con el fin de lograr que el gremio participe de las elecciones que la Central desarrollará a fines de mayo. Y como el acuerdo con las fuerzas oficialistas aseguraba mayoría, Aguilar cumplió, puso el tema en votación y se aprobó. El pacto funcionó.
Por cierto, de las tres razones que fundamentaron el congelar la participación en la CUT el año 2017 (voto universal, transparencia financiera y ampliar los mecanismos de participación), nunca se supo más. Hoy ningún profesor/a tiene algún informe que dé cuenta de estos temas.
Más grave aún fue la vulneración al principio que las bases docentes levantamos en la Rebelión de las Bases del 2015 y que logramos instalar como reforma estatutaria en el art. 12 de los Estatutos. En este se señala:
“Entendiendo que la soberanía de la organización reside en el conjunto de las profesoras y los profesores colegiados, el Colegio de Profesores de Chile A.G. asume la democracia participativa que, entre otros mecanismos, se materializa mediante consultas a nivel nacional…Serán materia de consulta aquellos temas de interés conjunto, tales como, definir posturas gremiales, pedagógicas y negociaciones, entre otros”.
Es obvio que una “postura gremial” es definir, por el profesorado de base, si se retornaba o no a la CUT. Aguilar, borró con el codo lo que defendió en contra de Jaime Gajardo. El oportunismo y el gatopardismo se impuso a la consecuencia y a los principios. Del respeto a las bases, ni hablar o mejor callar.
Hace ya algunos años, como organización, señalamos que, tras un amplio debate, llegamos a la conclusión de que el profesorado debía retornar a la CUT. Sin embargo, este retorno debía ir acompañado de un proceso que fortaleciera la conciencia política del profesorado en torno a la necesidad de robustecer la fuerza de la clase trabajadora. El problema no se limitaba a sumar una nueva sigla a la Central; el problema es de constitución de sujeto, es de conciencia, es ideológico y político.
Esto en concreto, implicaba:
- Reunirse con las/os dirigentes de la CUT a fin de saber de las transformaciones que se había introducido en la organización de la Central y a partir de ahí, elaborar un Documento de Discusión para la base del gremio.
- En base al Documento de Discusión, desarrollar una amplio debate en cada escuela del país y por cada docente, sobre las razones del por qué el profesorado debería adscribir a una Central de Trabajadores/as y por qué a la CUT y no a otra central.
- Este proceso de democracia deliberativa, crítica y reflexiva, desplegada en la base del magisterio, contribuiría a profundizar cualitativamente la conciencia del profesorado. Este era un proceso pedagógico que en sí mismo, permitiría fortalecer al gremio. Luego, la Consulta Nacional. Democracia deliberativa y participativa, como ejes para fortalecer la organización gremial y sindical.
Estas propuestas ni siquiera pudieron discutirse. La máquina del sindicalismo burocrático, cupular y de cocina terminaron imponiéndose, una vez más. Mientras tanto, la inmensa mayoría del profesorado no tiene idea que el Colegio volvió a la CUT, menos que hay elecciones en mayo, y menos aún qué proyectos están en debate en estas elecciones. Pareciera ser que nada de eso importara. Después de todo, se replica la democracia liberal representativa del régimen político que hoy está en crisis. Seguro se dirá que existió una ejemplar participación del profesorado. Administrar y hacer lo que por décadas se viene haciendo al interior del gremio sin reflexionar sobre la objetiva debilidad del movimiento sindical y de las estrategias que deben re-pensarse para fortalecerlo, es lo que a la larga debilita el sindicalismo, aun cuando se gane a lo pirro en alianzas de gobernabilidad.
Porque las y los trabajadores seguirán siendo el motor de toda transformación social, se requiere realmente robustecer su fuerza, aunque nos demoremos más.
